Queridos amigos/as, hnos/as:
Estos testimonios son de tres hermanas (en este caso Vanesa) quienes compartieron en el Campamento de Juventud Maya 2012. ¡Disfrútenlos!

¡Un canto de los pueblos!

Chiapas, Mexico, lugar donde las nubes son táctiles

en la fascinación de la descripción plena del amor.

Los misterios divinos se desnudan ante un corazón abierto al llamado.

¡Oigan la voz de Dios en el compartir humano!

Compartir creativo, amplio y colorido,

como las vestiduras de las chiapanecas.

 

Es aquí donde el cielo se abre con un remanente de esperanza en grito.

¡Grito de fuerza! ¡Un aleluya que nace como fuente a raudales!

 

Cada abrazo con olor a fogón estremece la quietud más drástica.

Aquí las mariposas son reales y embellecen el honor Maya.

¡Oigan nuestra buena nueva en las risas tseltales, tsotsiles!

¡La buena nueva en collar ambarino sobre el pecho de cada cultura del mundo!

Aquí el evangelio se oye a través de su voz y su dulce maíz.

 

Cuando íbamos en ruta nos dijeron:

“¡Allá es! ¡Allá es Pueblo Nuevo, allá llegaremos!”

Y dijimos “¡Que alto!, más alto que las nubes;

respiramos y alzamos los ojos a los montes” (Sal 121:1)

Allí, Dios nos habló y nos invitó a observar accionadamente.

 

¡Ah, hablamos del nido, nido espacio de trabajo y deleite!

¡Nido hermoso, yo te defiendo, te amo!

Es el evangelio un nido donde manos trabajan cada día

para acoger nuevas ilusiones creadoras.

¡Sí! Es espacio resplandeciente y nutridor. Morada de amabilidad.